Se me ocurren muchas frases para pensar estos que nos está pasando… en realidad, esto de lo cual estás siendo artífice y protagonista…
Y me viene a la cabeza, un fragmento de la plegaria de San Agustín, que dice:
«Señor, concédeme la serenidad para aceptar las cosas que no puedo cambiar, el valor para cambiar las cosas que puedo cambiar y la sabiduría para conocer la diferencia…»
Serenidad, valor y sabiduría para CAMBIAR. Y si cambiar es crecer, o crecer es cambiar… no queda más que festejar…
Festejar la serenidad de comprender tus limitaciones, de aceptar los riesgos y el costo que tienen cambiar, viajar, experimentar, aprender… Serenidad para aceptar salir de la zona de comodidad, de lo ya logrado, conquistado, domesticado…
Festejar tu valor... Para seguir confiando en la educación como herramienta transformadora, por apostar al cuidado del ambiente… Valor para enfrentar los problemas, escuchar, comprender, reflexionar otras realidades, otros caminos, otras perspectivas. Valor para soñar y elucidar ese sueño en realidad… Valor para ir tras tu vocación, tus deseos, tus inquietudes… Para abrir tu sensibilidad a todos…
Pero el mayor festejo, lo que nos inunda de orgullo y me pone en comunión con la etapa que hoy nos toca vivir, es la sabiduría que has sabido conseguir… La que te permite aceptar (no resignar, ni reaccionar) la realidad, superar lo inevitable, transitar con inteligencia las situaciones adversas y gozar con paz y plenitud de lo que vale la pena de verdad… Vos, tu familia, tu amistades, tus afectos…
Te veo sonriente brillar en medio del agua caer, ese torrente infinito que es la realidad y que no podemos frenar… Y estoy feliz a tu lado, con un pie firme, juntos, pero con el otro, haciendo el esfuerzo cotidiano para no caer… para encontrar el equilibrio que nos permita avanzar…
Sos un ejemplo para todos nosotros, un testimonio (vivo, actual) de lucha por conquistar la serenidad, el valor y la sabiduría… GRACIAS…
¡Te amo, SPNF!
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