«Desde hace años un alma inquieta recorre el mundo… Rincón a rincón esta alma viajera ha ido invirtiendo todo su esfuerzo, y todo su tiempo para contribuir a mejorar la sociedad. Lejos de desfallecer, consciente de que todavía queda mucho por hacer, esta alma vigorosa piensa dedicar aún más ganas para que otras muchas personas tengan, en el futuro, la oportunidad de sonreír. Y es que un alma así, por más que pase el tiempo, no cambia nunca.»
Hace mucho, tanto que no recuerdo la última vez, que no me siento en un bar, café en mano a escribir en este blog. Pero llevo semanas recitando estas ideas… Llegó el momento de compartirlas, y con ellas, quizás empezar a dar certezas a la incertidumbre que se viene. Toca una nueva reunión de blancos… 1440 minutos para llenar de vida.
Si me preguntaran nuevamente qué quisiera estudiar, ser y trabajar, no dudaría: quiero ser comunicador.
Jamás pensé que lo sería de la ciudad que me vio nacer y crecer, donde me formé. No hay mayor honor profesional y personal. Creanme que ver tu trabajo, tu impronta, lo bueno y lo malo… tus convicciones, tu esfuerzo… y también tus errores y déficits en cada rincón es una experiencia única e irrepetible.
Casi 4 años despúes, el saldo es más que positivo.
No hay mejor oportunidad que confíen en vos. Ramón y Marcelo, con infinita generosidad y «arriesgando mucho», lo hicieron. Para ellos, es mi primer y eterno gracias. Me dejaron ser y hacer…
La vida es una cadena infinita de significaciones, somos consecuencia de quienes nos inspiran, nos motivan y nos enseñan. El segundo gracias es para mis mentores, amigos: gracias Juan, Pame, Clau, Mario y Sacha!. No hubiese sido posible sin su consejo oportuno, sin su experiencia, si saber simplemente que ante cualquier cosa estaban…
El tercero es sin duda para mi equipo. Aprendimos a conocernos, a trabajar juntos, a respetarnos… A ser una piña ante todo y ante todos… Hoy somos amigos, compañeros de la vida… No hay proyecto sin equipo. Este proyecto fue magnífico porque construimos un equipo. Gracias Seba, Mari, Lea, Teli, Lucas y Euge… Gracias Marian, Gon, Lau, Clau, Manu, Iva...
Pero hay más… Ellos le llaman «La fábrica»… Para mí son los imprescindibles, la clave de la comunicación pública como estrategia, como política de estado, como servicio público. Son cada uno de los colaboradores de la Dirección General de Comunicación y Medios de la Municipalidad de Córdoba, del resto de la Secre de Modernización y del equipo de gobierno. Están todos, los que estuvieron, los que se fueron, los que llegaron… los que se quedan! Para uds, el GRACIAS es con MAYÚSCULA y de PIE. Dejan huella en mí. Los voy a extrañar… pero sé que estaré en su corazón como están en el mío…
Finalmente, aquellos que están «más allá de lo que mis ojos ven»… Los esenciales… Bel, Pili, mis viejos y mi familia. Han sido días intensos y siempre apostaron y confiaron en mí… Son mi vida… Y ahora es tiempo de cosechar… Los amo.
En las próximas semanas cerramos una etapa profesional, personal y también familiar. Con lo materialmente indispensable, pero con la mochila llena de ilusión, sueños, amor, energía positiva y la satisfacción de haberlo dado todo ante las oportunidades y los otros, partimos. Nos esperan meses recorriendo en familia el viejo mundo, conquistando nuevos desafíos profesionales, personales y compartiendo juntos, más que nunca el aquí y el ahora.
¡Porque aunque somos almas inquietas, por más que pase el tiempo, o estemos en otros latitudes… el alma no cambia!
Comentarios