En lo que llevo andando de vida no recuerdo nunca haber estado ABURRIDO… (Ups!, ahora que lo pienso, esa frase me trae a la mente el spot de campaña del ex Presidente Argentino De la Rúa: «Dicen qué soy aburrido»… pero no va por ahí la cosa ni mucho menos…) ¡Perdón por el trago amargo! Retomemos…

De pequeño -tanto en casa de mis padres como en las de mis abuelas- con la excusa de –¡¿quieres que te ordene y limpie este armario, este mueble viejo, la cochera, aquel depósito?!– me encantaba encontrar cosas, hurgar espacios,  descubrir objetos viejos, me podía pasar horas y horas. Siempre había algo nuevo para averiguar, sobre que echar luz, lugares por investigar, algo que aprender. ¡Ja!, después era el «menú de ayuda» en casa, porque cómo eramos muchos, siempre algo se perdía y Ale seguro que sabía donde estaba o se guardaba todas y cada una de las cosas de la casa.

Pero los «trasteros» no fueron mi único campo de estudio de niño. Recuerdo que durante todas las semanas, siempre esperaba ansioso poder ir al SUPERMERCADO con mi papá (el encargado de las compras en casa)… Ahí no me alcanzaban los ojos para descubrir tantos productos, tantos inventos…, era una liberación de la imaginación. Claro, que antes de que llegaran los Shopping y las escaleras mecánicas!!! (el Córdoba Shopping Center, fue el primero en la Docta), los Makros, los Carrefours, los Libertad (un capítulo que merece todo un post, por cierto), ibamos al WIMPI o al SUPERCOOP, de los que ya no quedan ni fotos en Internet…

Luego los objetos de estudio fueron cambiando, evolucionado, sofisticándose con los Scouts y los viajes al campo, con mi primer viaje sólo en bus, con 11 años, al centro de Córdoba (toda una aventura!!!), con la Escuela, los museos, el zoológico, las bibliotecas; y también cambiaron las técnicas y los instrumentos para investigar… Ya no era sólo seudo observación participante, investigación-acción y entrevistas en profundidad (con cuestionarios interminables de todo lo que se me ocurría preguntar); llego mi primera cámara de fotos (la primera automática en casa después de la Reflex de papá), los diarios y los informativos de cada día y la conexión a Internet de ONENET desde el año 2000!!!! Nooooo… lo que me costó convencer a mi papá de que no sería caro, de que sería una gran ventaja, de que era ideal para Pablo que empezaba a estudiar informática, de que, de qué… ni idea cuanta cosas más se me ocurrieron argumentar. Si hasta creo que prometí pagarlo yo! (cuantas cosas planifique gastar con mi primer sueldo, cuantas cosas!!!) Ja ja, cómo dice mi madre: –¡Ale es un especialista en planificar la vida de todos, con la plata de los otros!-. En fin, llegaron los distintos trabajos, la Universidad, más viajes y definitivamente mi vocación era el resultado del oficio que más rápido aprendí, que me sale naturalmente, que siempre disfruté y disfruto: «EL OFICIO DE INVESTIGAR».

En un curso del Máster que tuvimos hace unos días sobre «Internet como instrumento para la investigación cualitativa» me quedó dando vueltas un concepto que me resulto clave:  «el investigador debe ser una persona, por sobre todas las cosas, creativa». Fíjense que curioso, ayer (en mi primer día de playa!) terminé de leer un librito que compre a 1 euro en Carrefour (cultura express!) llamado «Cuaderno de Notas»  de  Leonardo Da Vinci. A ver, es como leer el Blog de Da Vinci, muy interesante. En un párrafo se refiere a los sentidos. Dice que el OJO HUMANO: «capta diez cualidades diferentes de los objetos en el momento de percepción: la luz y la oscuridad -la primera sirve para descubrir la otras nueve y la segunda para ocultarlas-, el color y sustancia, la forma y posición, la distancia y cercanía, el movimiento y  reposo». ¿Y a qué voy con esto? Es que sin duda la creatividad es quien llena de energía estas funciones y nos permite descubrir lo que nos propongamos… Y es fascinante, NO ENCUENTRO MANERA DE ABURRIRME.

La otra cuestión que es valida para todo oficio, desde luego es el EJERCICIO, la práctica del OFICIO. Si hay algo de lo que estoy disfrutando mucho en estos años, es de acompañar a grupos de estudiantes de la Escuela de Ciencias de la Información que llevan adelante su trabajo final de grado. En un dinámica que mantiene vivo todo el tiempo el oficio de investigar, la discusión teórica, metodológica  y epistemológica sobre la ciencias de la comunicación; un ejercicio de reflexión necesario para los que nos apasiona  preguntar, explorar y descubrir!

En la Wikiteca de 1440 está disponible un trabajo (La investigación en Comunicación. Guía para trabajos finales) que intenta sistematizar los planteos iniciales a los que uno se enfrenta cuando comienza a investigar en comunicación… Son pistas apenas (supervisadas por mi querida amiga, la Profe de Metodología Ceci Ulla -para no reproducir cagadas-!!!), por donde se puede empezar a PROFESIONALIZAR EL OFICIO!