Quizás la distancia, la soledad que conlleva la independencia, las ausencias, las nuevas experiencias y horizontes… los CONTRASTES en definitiva, están generando en mí una búsqueda profunda sobre el sentido de la felicidad y la vida. Un lucha personal y cotidiana entre la fuerza del egocentrismo y la verdadera esencia de mi personalidad… Una conquista de amor servicial y paz interior.
Y uno comienza haciéndose preguntas, cuestionando, desafiando….
Hoy es 22 de marzo y mi querido Grupo Scout cumple 15 añitos. Y entonces me preguntaba ¿y si no existiesen los sábados?…
Cuantos de nosotros, de nuestros hijos, cuanto niños no tendrían la oportunidad de vivir el Gran Juego del Movimiento… De acceder a una propuesta de formación integral basada en el crecimiento saludable y los valores, con responsabilidad social y protagonismo ciudadano…
Cuantos se privarían de sonreír prendiendo un fuego intrépido; o de encontrar un oído para un adolescente inquieto; o ensayar un consejo en un joven ávido de llevar adelante sus proyecto…
Cuantos dejarían de tener la oportunidad de asombrarse y descubrir los misterios que esconde nuestro mundo en un silencioso atardecer; en el calor de un fuego que no quiere yacer; en el trino de las aves por las mañanas; en la mirada perdida hacia un cielo cubierto de estrellas; o en el simple placer que tiene caminar bajo la lluvia…
¿Cuantos de nosotros nos hemos puesto a pensar qué pasaría si no existiesen los sábados?
Ese día especial, único, incomprensible para muchos, irrenunciable para otros… A cuantos no ayudaríamos a intentar mostrar que vale la pena ser ejemplo y vivo testimonio de solidaridad y amor por los demás… A construir un mundo donde las utopías son metas y las personas damos los mejor de nosotros por un futuro mejor…
Creo verlo claro… los sábados han hecho de mí lo que soy… No podría imaginar mi vida sin los sábados…
SOS un groso!!!